Hoy amanecí más perezosa que de costumbre,me giré en el pequeño colchón que sujetaba mi cuerpo.Busqué tu mirada complice al final de mi almohada y me encontré con la soledad guiñándome un ojo.
Volví a encontrar tus labios en la taza del café,cerré los ojos y el aire de la mañana me trajo tu perfume.
Miedo.Esa fué la razón que me diste cuando desaparecías de mi vida, y he de confensar que yo también tuve miedo...Que sigo teniéndolo.
Me asusta que sin tu sonrisa jamás vuelva a encontrar la mia,que mis ojos no brillen como luciernágas,que no vuelva a temblar con el simple susurro de mi nombre...me asusta despertar de todo esto y notar que realmente ya no estás,que llevas meses,años sin estar.
Por eso conservo todo intacto, no he movido ni un centimetro todas esas cosas que formaban nuestra vida.
LLevo días sin salir de casa,no quiero irme de este pequeño paraíso que nos vió ser felices.
Y mientras las horas pasan yo preparo la cena como siempre,mirando el relog, calculando el tiempo exacto que falta para que vuelvas a aparecer con una sonrisa y me devuelvas a la vida.No tardes,la cena se enfría.